Amazonas

Amazonas

Yo que tú no entraría.

Es falsa su aparente indiferencia.

El tacón el talón duele

ese clavo.

Así que siempre esperan

la venganza. Lo que brilla en sus labios

no es la perfección

ni la elegancia: es el caldo

caliente

del último festín.

Pon un pie en su terreno:

verás toda la furia lanzarse

sobre ti: la gran voracidad: ni huella

del discreto paseante.

Aquélla, la desnuda, la fría sin cabeza…

Yo que tú, casi, tú, casi no miraría

mucho tiempo.

Ada Salas

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